Llámalo batata o llámalo boniato. Da igual, aunque al parecer si es amarilla es batata porque los boniatos son más blanquecinos. A decir verdad, en esta receta puedes usar ambos, pero a poco que veas las fotos, entenderás que usando batata amarilla, la estética cambia radicalmente: un color amarillo potenciado por la cúrcuma, hace de este pan una verdadera delicia de miga dulce y untuosa; aspectos aportados por el color y dulzor de la pulpa de la batata y la capacidad de atrapar humedad en la masa.
Está formulada en base a mi propia receta de pan de papas que publiqué hace un tiempo, pero enriquecida, esta vez, como digo por batata amarilla y cúrcuma, además de agregar un toque de leche en polvo: el aporte graso y proteico, refuerza la malla de gluten y la estructura final de la miga.
El formato que te propongo es de piezas medianas aunque puedes preparar bollitos de 100 gramos para hacerlos individuales y repartirlos por la mesa para acompañar cualquier comida de salseo, picoteo con pates y untables varios.
Una formula, tres recetas…ya ves como la panadería da mucho de si, ¡no te pierdas nada!
Tambien se antoja como fórmula ideal para hacer panes de hamburguesa. Su miga tersa y tierna se impregnará de todos los jugos y salsas y llevará tu hamburguesa a un nivel estratosférico.
Pues ya ves como una misma fórmula, te da para varias ocasiones….¿Te animas?
Ingredientes para 4 piezas de unos 220 gramos:
- 450 g de harina de fuerza
- 200 g de pure de batata amarilla
- 250 g de agua*
- 10 g de leche en polvo
- 1 nuez de mantequilla pomada
- 2 g de curcuma en polvo
- 3 g de levadura seca
- 5 g de sal
Elaboración del pan de batata:
Para esta preparación debemos tener listo de vísperas el puré de batata amarilla y así este frío en el momento de arrancar nuestra masa de pan. Por otro lado, como suelo hacer a menudo, porque mejora la estructura de la masa y, además, desarrolla mejor la malla de gluten, vamos a mezclar la harina con el agua* en autolisis y, durante ese reposo de unos 30 o 45 minutos, mezclamos el puré de batata con la cúrcuma y la leche en polvo.
Pasada la autolisis y viendo que la masa esté algo avanzada, añadimos la levadura, la sal y la mezcla anterior para amasar a velocidad media hasta que la masa luzca homogénea para poder incorporar la mantequilla.
Con todo ello preparado, rectifica la hidratación de la masa si es necesario. La batata tiende a absorber bastante agua dependiendo del tipo y de la cocción que hagas: si es al horno apenas cogerá mas humedad de la que ya tiene y si la cueces en agua, absorberá más y no será necesario rectificar.
Deja reposar en bloque a temperatura ambiente durante una hora. Cuando comience a fermentar y veas que va a duplicar su tamaño, desgasifica la masa, boléala y dale tensión para guardar en nevera y bien tapada toda la noche u 8 horas como mínimo. Resulta una masa de hidratación media y bastante maleable por el aporte graso y la extensibilidad que le da la batata, así que para bolear tendrás que engrasar las manos para manejar como mas facilidad.
Pasada la fermentación en frío, saca el bol con la masa de la nevera y divide en 4 porciones y, boleándolas suave pero firmemente, preséntalas en la bandeja del horno hasta su horneado final.
Deberás dejarlas reposar hasta su máximo de fermentación ya que llevará poco tiempo de horno con temperatura media. En mi caso, los dejé reposar en la bandeja del horno durante 2 horas y horneé a 220ºC durante 15 minutos. Si es necesario, rectifica unos minutos más para dorar al gusto, subiendo 10º de temperatura y/o activando el ventilador. Sácalos rápidamente del horno y déjalos enfriar sobre rejilla.
Son pura delicia degustados a mordiscos…pero con un poco de queso crema y jamón cocido del bueno.
*Es probable que debas ajustar la cantidad de agua a menos, por la capacidad de absorción de la batata que uses o el método de cocción que usaste.
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