Esta corona está basada en una receta que vi hace mucho tiempo en la web de mi amiga Laura con su Pan-bollo trenzado, y que a su vez, con mi experiencia, versioné con el pan judío que publiqué no hace mucho.
Yo tenía ganas a un brioche salado pero no me animaba, porque buscaba a la vez una miga y texturas diferentes y cuando probé el pan judío, sabía que había dado con la clave. Así que adecué cantidades, maticé el dulzor y metí caña con una buena mezcla de hierbas y especias. Este es el resultado ¿Empezamos?
He conseguido una textura a caballo entre un panetonne y un brioche
Ingredientes para 2 coronas de 300 gramos de peso:
- 230 g de harina panificable
- 100 g de harina de fuerza
- 25 g de azúcar
- 1 yema de huevo
- 1 huevo entero
- 20 g de aceite
- 30 g de leche
- 65 g de agua
- 6 g de sal
- 7 g de levadura seca
- Un diente de ajo
- Una cucharadita de cúrcuma en polvo
- Unas ramas de perejil
- Tomillo y orégano al gusto
- Unas vueltas de pimienta negra molida
Elaboración:
En esta ocasión te puedes guiar de mi receta de pan judío, pero versionada a un pan más salado y sin aroma de azahar.
Añade los ingredientes de la lista en la amasadora eléctrica y trabaja con el gancho a velocidad 1 durante unos 6-7 minutos. Es importante resaltar esto porque hay que desarrollar muy bien la malla de gluten para asegurar una ternura y miga excelentes. Si no dispones de amasadora eléctrica, te va a costar un poco más ya que deberías amasar, usando el amasado francés, durante al menos 10-15 minutos.
Es importante un amasado a conciencia que desarrolle el gluten. Solo así conseguirás la textura de la miga que ves en las fotos.
Cuando la masa este lisa y elástica, sácala del bol y separa bolas de unos 45 gramos para dejarlas reposar unos 45 minutos antes de su formado. Luego solo debes darle forma redondeada, boleando la masa con la palma de tu mano. Ve disponiéndolas, sobre un papel vegetal, en la bandeja de horneado formando una corona. Las bolitas deben estar separadas lo suficiente como para que al hornear “cierren” la corona (tal y como ves en la foto).
Ten en cuenta que al ser una masa enriquecida, ha de pasar dos horas al menos para que la corona leude bien. Se horneará a fuego bajo para que la corteza no rompa, por lo que al entrar al horno debe estar en su punto máximo de fermentación.
Lleva la fermentación al punto máximo y cocina a fuego suave
Precalienta el horno a 190ºC y sin ventilador, de manera que cuando este la corona bien crecida, el horno esté a punto.
Pinta la corona con leche para que la superficie adquiera un bonito tono brillante. Además, la hidratarás evitando así que se seque durante el horneado.
Finalmente hornea tu corona durante 20-25 minutos a 190ºC con calor a ambos lados.
Puedes hornear una corona más grande, separando porciones de unos 85-90 gramos y variando el modo de hornear: o bajas el fuego a unos 180ºC y aumentas el tiempo de cocción o mantienes temperatura y vigilas que la superficie no se queme. Si esto te ocurre, cubre la corona con una hoja de papel de aluminio.
Congela tus panes, tanto si están horneados como si los metes en el congelador después de amasar. Te sacará de más de un apuro, seguro.
Este tipo de masas permiten perfectamente el congelado, tanto antes de cocinar como una vez horneada. Yo suelo tener en el congelador estas masas listas para hornear. Si la quiero para almorzar, la saco del congelador y la dejo a temperatura ambiente toda la noche. A la mañana siguiente, divido, boleo formo y dejo levar hasta que este lista para hornear.
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