Hoy toca Pizza,¡pero de las buenas!

En esta ocasión la propuesta que te presento es una masa de pizza, algo tan sencillo, pero a la vez tan complicado de conseguir. Y digo complicado porque hay muchos tipos de masa: de base crujiente o esponjosa, gruesas o finas… Mi favorita es una base bien fina, con burbujas de aire y crujiente en la base. Para conseguirlo, es importante tener en cuenta varios aspectos:

Tener el horno a una temperatura “nivel infierno”
Usar ingredientes con poca humedad
Elegir una salsa de tomate colada, preferentemente passata

A mí me gusta preparar la masa sobre la marcha, encender el horno en el momento que empiezo a rellenarla, para no dar tiempo a que la masa se humedezca y quede blanda. La masa que obtendremos con esta receta será fina y crujiente, pero si la prefieres más gruesa, solo tienes que dejar reposar la masa unos 30 minutos para que fermente y se cree “miga”. ¿Me sigues?

¿Quieres una verdadera pizza italiana fina y crujiente?

  • 180 gr de harina blanca de fuerza
  • 25 gr de sémola de trigo duro
  • 80 ml de agua
  • 20 ml de aceite de oliva
  • 2-3 gr de levadura seca
  • 3 gr de sal fina marina

Atento que vienen curvas,¡pero no hace falta que lances la masa al aire!

Mete los ingredientes en el bol de tu amasadora y conéctala a velocidad baja hasta que la masa se quede agarrada al gancho. Si es necesario, rectifica la cantidad de agua. Ya sabes que dependiendo de la harina, ésta admitirá mayor o menor cantidad de agua.

Una vez amasada, deja reposar unos minutos. Aprovecha ese tiempo para disponer y trocear los ingredientes de tu pizza al gusto. Enciende el horno a máxima temperatura con calor a ambos lados y retira las bandejas del interior. Espolvorea de harina la superficie de trabajo. Estira la masa de harina en redondo con un rodillo y cuando esté al gusto de fina, preséntala en papel vegetal en el que habrás espolvoreado algo de sémola de trigo. Sobre la masa, extiende la passata de tomate y el resto de ingredientes acabando con el queso (si es mozzarella, bien escurrido) y orégano.

A estas alturas horno debe estar para derretir rocas. Abre la puerta y coloca la pizza en la base del horno, cierra y coloca la posición de calor solo por debajo. Es importante que este paso lo hagas rápidamente, para que el horno no pierda temperatura. A los diez minutos, pon calor a ambos lados hasta que veas que la masa está dorada y con burbujas de aire alrededor. Si es necesario, conecta el grill los últimos minutos, para que gratine bien.

Si le pillas el método, te va a costar encontrar una pizza igual en las pizzerías tradicionales. Palabrita

*La passata es un concentrado de tomate que apenas tiene jugo. Se comercializa en tubos o tarros, y suelen tener una textura bastante pastosa. Para extenderla, es mejor usar una espátula que una brocha. La ventaja de la passata para esta receta es que no aporta nada de humedad a la base de la pizza, a la vez absorbe la que pueda tener alguno de los ingredientes.

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